Al término de una semana de histeria a nivel dólar y de pésimas consecuencias por el desenfreno de la inflación se confirmó, este domingo, que el Gobierno nacional ya transfirió la fortuna que costará el nuevo -y, por supuesto, lujoso- avión presidencial. Estos anuncios, en realidad filtraciones, son siempre incómodas para cualquier gobierno e indignantes para el común de la población, máxime en escenarios como el que afronta la Argentina. Alcanzará con recordar que hace apenas un par de días el presidente Alberto Fernández adelantó que no irá en busca de su reelección. Lógico, podrá decirse; pero, ahora, confirmado.
Medios nacionales adelantaron que la aeronave podría aterrizar en Aeroparque dentro de una decena de días. Se trata de un Boeing 757-256, que costó 21.730.00 dólares. En realidad cerca de 25, porque el Gobierno también entregó el Tango 01, valuado en unos 3 millones de la misma moneda.
El nuevo avión tiene capacidad para 39 pasajeros, un dormitorio principal pleno de comodidades, y otros dos dormitorios de visitas, que ofrecen la posibilidad de adaptarlos como salas de reuniones. Se dijo que, además, puede volar sin escalas hasta Europa o Estados Unidos y eso representa una ventaja importante por sobre el Tango 01.
La aeronave nació como avión de pasajeros en 2000, se modificó a configuración VIP en 2004, y tuvo una remodelación en 2012. Era propiedad de un magnate. Ahora bien ¿Qué pasó con el viejo Tango 01? Estaba parado desde 2015 y se consideró que se necesitaban entre 12 y 15 millones de dólares para ponerlo en perfectas condiciones; es por eso que Alberto optó por este avión que llegará en un momento en el que su imagen no levanta vuelto (si corresponde la alegoría).
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